lunes, 18 de febrero de 2008

Un siglo.... o más

Parece que fue hace un siglo, a veces me parece incluso más. Hoy es lunes por la noche, allí deben ser las cuatro de la tarde. Hace ocho días y cuatro horas y media. No es tanto... ¿o sí? Me parece que el tiempo me juega una mala pasada, que se está entreteniendo torturándome.

Me acuerdo como si fuera ayer, como si fuera hace dos horas, unos minutos, como si hubiera pasado hace tan sólo un instante. Yo rezándole a las horas, suplicando a los últimos minutos que me quedaban a tu lado que no pasaran, que no terminasen nunca, que el tiempo se detuviera y me dejara a tu lado para siempre.

Pero pasa.... pasó y nos separó. Ahora vivo de espaldas a él, maldiciendo que no se acorte mil veces más rápido de lo que voló estando a tu lado. Se ríe de mí, de ti, de nuestro amor, de la distancia que nos separa. ¿Cuando terminará?

viernes, 15 de febrero de 2008

Un día de No San Valentín

Es imposible no sentirse vacía, ausente; como un cascarón repleto de nada y con un enorme y frío agujero en el pecho que hace las veces de corazón. Es imposible no echarte de menos... ¿echarte de menos digo? Esa frase se queda corta para expresar lo que siento, o lo que no siento, ya no lo sé bien. Siempre se me dio mejor escribir que decir las cosas, pero ahora ni así encuentro las palabras para expresar como es mi ¿vida? ahora que estoy tan lejos de ti.

Siento que las horas se arrastran, se alargan, se hacen lentas y pesadas. Que los días se repiten, son una sucesión de hechos en los cuales estoy yo, pero no los vivo, simplemente pasan cerca de mí. Siento que falta un abismo impenetrable para volver a tenerte a mi lado. Siento que he perdido mucho, que he dejado todo, que no tengo nada aquí, que ni entiendo porque estoy yo aquí si esto no es lo que quiero, si esto es lo más opuesto que puede haber a mis verdaderos deseos.

Te extraño muchísimo y sé que hay que ser fuertes y lo intento; lo hago, pero a veces cuesta mucho saber que hay 10.000 kilómetros entre tus labios y mis besos, saber que hay seis meses de soledad hasta volver a recorrer con mis dedos tu piel, saber que será un cojín eso que tenga que abrazar cuando sienta que mi cama se hace gigante y me puedo perder en ella.

Quizás no debería escribir esto, quizás debería callarme y poner una sonrisa en mi cara, quizás jamás debería publicarlo, pero hay cosas que hay que dejar salir, así que aquí esta. Sólo espero que esto no empañe esa hermosa sonrisa que he visto hoy en tu rostro.

Te amo, pequeña.



miércoles, 13 de febrero de 2008

Reloj no marques las horas...

Reloj no marques las horas... detente un momento te lo suplico, congela el tiempo para que mi corazón lo haga a la vez, para que la calidez que me envuelve, para que mi Sandra no se marche. Reloj no te lleves mis caricias, mis besos, mis abrazos ni mis mimos.

Besos sabor a sal... saben así por las lágrimas que corren entre los labios. Esa boca que antes estaba roja e hinchada, ahora se parte por no recibir más atenciones. Ese cuerpo que se encendía por algún roce ahora se apaga y se oculta, no quiere saber de manos ajenas, ni de caricias falsas.

Pero escúchame bien reloj maldito, algún momento yo seré tu dueña y aunque no te pueda detener, no me importara el paso de las horas. Sandra estaremos juntas, de eso estoy más segura que nunca. Te amo.

Reloj marca tus horas, esta vez no lentamente sino que te pido que te apresures hasta el momento en que volvamos a estar juntas.

martes, 12 de febrero de 2008

Pensamientos, frases, conversaciones...

No sólo fueron pensamientos tontos antes de subir al autocar... ¿Acaso no llevábamos desde el día anterior hablando de trivialidades y tonterías como si no hubiera otra cosa de que hablar?
Así que no sólo fueron pensamientos tontos; fueron frases tontas, preguntas tontas, conversaciones tontas... Todo por no decirnos lo que en verdad queríamos decirnos. Todo por querer ser fuertes delante de la otra. Mientras nos besábamos con la barbilla temblorosa por contener el llanto como fuera. Yo también escribí algo, de nuevo en el avión, de nuevo mientras lloraba, de nuevo alejándome cada vez más de ti.

Otra vez te dejé atrás. De nuevo con las mejillas mojadas y la sonrisa desdibujada de tanto llorar. Miro al cielo por la ventanilla del avión y sólo veo estrellas. Hay estrellas arriba, abajo y a ambos lados. Miles de estrellas rodeando el avión. Es un espectáculo increíble, la gente las mira asombrados y exclama que son bellísimas. Yo las miro, las miro con los ojos empañados en lágrimas y sólo veo puntos blancos en un fondo negro.
Me enjuago un poco y vuelvo a mirar. Sí son hermosas. Dicen que les puedes pedir un deseo, ¿servirá? ¿O será como con las pestañas? Que por mucho que pedí no alejarme de ti, de nada sirvió... ¡Ah, es cierto! Que me equivoqué y no estaba en el lugar correcto.
Pasan las horas y vuelvo al mundo real, ¿estoy bienvenida? ¿quiero estarlo? No hago más que buscar nuevos besos en unos labios que ahora están muy lejanos. Cuento las horas que hace que no te beso como si fuera una maldición. Aún siento la calidez de tus labios en mi boca, el roce de tu lengua con la mía, el suave contacto de mis manos en tu espalda y la alegría de tu risa en mi oído.
Te extraño, ¿cuanto? Ni yo misma lo sé. Sólo sé que de nuevo te di la espalda y avance hacia esa maldita puerta de embarque aferrada a esa caja de plástico que contenía mis cosas, creo que no la agarraba para que no se cayera, sino para no caerme yo. Avance hacia el policía aduanero rezando por algo que me detuviera, por quedarme contigo, por no tener que irme y sabiendo que era imposible, que tenía que regresar.
Y aquí estoy, de nuevo a diez mil kilómetros de ti, pero tienes razón, algún día este "mundo real" será como ese en el que nos hundimos en noviembre y febrero y que ya late esperando que llegue agosto.

Quizás sobraba, quizás estoy rompiendo mi parte de "ser fuertes", pero sabes que, aunque no lo escribiera, lo sentía y ya que lo sabes, ¿por que no dejarlo salir fuera de mí un poco?

Te amo, Pequeña y siempre estoy contigo.

domingo, 10 de febrero de 2008

Pensamientos tontos en momentos díficiles

¿Se han dado cuenta de cómo el cerebro piensa tonterías en los momentos cruciales? No sé si así se maneje el cerebro de todo el mundo pero por lo menos el mío sí: Se evade. Lo hace porque no quiere que el corazón le gané y se ponga a llorar como poseso, lo hace porque sin raciocinio no puede consolarse así mismo. He aquí los pensamientos que cruzaron por mi mente este día, a tres horas con quince minutos de volver a estar incompleta:

1.- (Al abordar el autobús) La recepcionista no me dijo que asiento quería ¿me volverá a mandar al final? Espero que no porque seguro me volveré a marear. Pero no teman, no fui victima del monstruo del mareo, me mandó al asiento 25.

2.- (Al encenderse la película) ¿Porqué no está la película de los ancianitos? Yo quería ver el final, aunque de seguro la abuela se iba a morir. En vez de eso me han puesto una mierda de película de terror.

3.- (En el trayecto) Un llamado de la naturaleza hizo que fuera al baño. Una recomendación para aquellos de estomago sensible cómo yo: Tengan cuidado. Que en el baño, aparte de tener peligro de caerse, uno se marea del carajo. Nota mental: Nunca podré usar el baño como sitio para follar.

4.- (Han cambiado la película) Y han puesto Expediente X, me ha hecho gracia ver en esos momentos a Scully pero me ha recordado que debo leer un fic en el que sale con Harry Potter. Hmmmm debo buscarlo.

5.- ¿Quién coño ha puesto en mi reproductor puras canciones tristes? Respuesta: tú idiota ¿quién más?

6.- (He llegado y he subido al taxi) Me ha preguntado porqué estoy llorando ¿Será muy obvio con mis ojos rojos? ¿Tengo que pagarle? No espera, eso ya lo hice antes de subir. Se pone a hacerme la plática ¿qué no ve que él no quiere ver una de mis crisis nerviosas y yo no quiero protagonizar una en el auto? No, al final no le he atacado.

7.- Itavi no me ha aceptado los conejos de chocolate que yo no quería verlos pero me dice que ella no los comerá. Casi parece que sabe intimidades, mm....

Y esos son algunos de los pensamientos. No pensaba escribir esto sino hasta que me senté frente a la computadora, iba a redactar otra cosa pero no se me hace justo publicarlo porque se supone que estamos siendo fuertes, y digo se supone porque a veces falla. El mundo real o cotidiano es una mierda pero es donde nos toca vivir, en algún momento este mundo ya no será doloroso.