Parece que fue hace un siglo, a veces me parece incluso más. Hoy es lunes por la noche, allí deben ser las cuatro de la tarde. Hace ocho días y cuatro horas y media. No es tanto... ¿o sí? Me parece que el tiempo me juega una mala pasada, que se está entreteniendo torturándome.
Me acuerdo como si fuera ayer, como si fuera hace dos horas, unos minutos, como si hubiera pasado hace tan sólo un instante. Yo rezándole a las horas, suplicando a los últimos minutos que me quedaban a tu lado que no pasaran, que no terminasen nunca, que el tiempo se detuviera y me dejara a tu lado para siempre.
Pero pasa.... pasó y nos separó. Ahora vivo de espaldas a él, maldiciendo que no se acorte mil veces más rápido de lo que voló estando a tu lado. Se ríe de mí, de ti, de nuestro amor, de la distancia que nos separa. ¿Cuando terminará?
Me acuerdo como si fuera ayer, como si fuera hace dos horas, unos minutos, como si hubiera pasado hace tan sólo un instante. Yo rezándole a las horas, suplicando a los últimos minutos que me quedaban a tu lado que no pasaran, que no terminasen nunca, que el tiempo se detuviera y me dejara a tu lado para siempre.
Pero pasa.... pasó y nos separó. Ahora vivo de espaldas a él, maldiciendo que no se acorte mil veces más rápido de lo que voló estando a tu lado. Se ríe de mí, de ti, de nuestro amor, de la distancia que nos separa. ¿Cuando terminará?