lunes, 24 de noviembre de 2008

Mi primer Fanmix

Quizás muchos no sepáis ni que es un fanmix, pues como su palabra indica "Fan" algo hecho por una fanática de algo, y "Mix" mexcla, normalmente musical.

Pues yo he hecho uno de dos personajes originales con los que estoy escribiendo algo, que por qué, pues porque estos dos me han sorbido el coco y no dejan de pedirme cosas como estas.

Espero que os guste tanto como a mí.

Boton

jueves, 5 de junio de 2008

Vacío

¿No les parece que a veces mantienen luchas internas tontamente? A mí sí. Hace mucho tiempo que empezó la mía, una en la que intentaba convencerme de que lo que sentía no lo sentía en realidad. Casi lo logré, casi olvido todo lo que ella me hacía sentir, el color de sus ojos, el sabor de sus labios, lo dulce de sus caricias. Cuando me despertaba cada día me daba cuenta de que me estaba volviendo más insensible, esa era mi manera de olvidar, olvidarlo todo. Así borraba el sufrimiento, pero también borraba todo lo demás. Hasta que pensé que no quedaba nada en mí, ni un sólo sentimiento bueno o bonito dentro de mi corazón que parecía una fría roca. Sé que es una tontería decir que el corazón es el que ama, que sólo es un órgano que se encarga de enviar sangre al resto del cuerpo y que todo es cosa del cerebro, pero realmente así me sentía.

Hay cosas de las que no me siento orgullosa, he cometido errores y he caído en otros como una ciega, pero indudablemente he de decir que volvería a caer, una y otra vez si con esa caída la tengo a ella. Hace tiempo que pienso que quizás es demasiado tarde, que realmente ya la he perdido, que sus labios no me lo dicen pero que ella ya no es mía. Puede que sea tan sólo un sentimiento, miedo a que el dolor causado venga a mí, a que nadie tenga en cuenta las lágrimas que ya he derramado.

No soporto la distancia, me da vergüenza decirlo, pero es así. Me duele cada centímetro que nos separa en la piel, como si cada uno fuera un corte en ella. Siento cada minuto en el pecho, aplastándome, parece que tengo un peso en el pecho que no me deja respirar si no la tengo a mi lado. Noto tu ausencia, siempre; cada minuto de cada hora de cada día. Sueño con los días que pasarás a mi lado y sólo puedo pensar en la despedida, de nuevo la maldita y odiosa despedida.

Realmente hay días que pienso que no lo lograré, que sucumbiré al dolor de tu ausencia y me marchitaré como una flor arrancada de la hierba y expuesta al sol. Sé que no es culpa tuya y sé que sientes que parece que yo te exijo que estés a mi lado y tú no puedes hacerlo. No es eso, pequeña, no te exijo nada. Es sólo que realmente me encantaría que estuvieras aquí y poder besarte cada vez que se me antoje para llenar el vacío de mi pecho con tu calor.

martes, 18 de marzo de 2008

Desperté

Hace unas tres horas que he despertado de pronto y no he vuelto a poder dormirme, a pesar de que no hacía ni cinco horas que me había dormido. Es raro, ¿no?
A veces despierto a horas intempestivas, sin saber bien el por qué, a veces me consuelo pensando que es por ti. Que en la otra parte del mundo tú estás pensando en mí. Y que lo haces tan fuerte, tan angustiada, tan desesperada, que mi alma escucha los gritos desgarradores de la tuya y me despierta para hacerte saber que no estás sola. Sí, parece una tontería, lo sé, pero ya sabes como soy. Una romántica empedernida que va de dura por la vida y que no puede dejar de pensar que cada vez que siente un cosquilleo en su cuello es que son tus labios que se mueren de ganas de besarme. ¿No te lo había dicho? Soy una romántica, y tonta, si no lo sabías, ya es hora de que te des cuenta.
¿Sabes porque no puedo volver a dormir?
Yo no. Me siento rara, como angustiada, triste, sola. A veces me pasa eso sin saber bien el por qué. Es como cuando simplemente estoy feliz sin motivo alguno, sólo que al revés. Ya sabes... en versión triste. Entonces es cuando el mundo se me hace cuesta arriba, cuando miro el calendario y lo veo alargarse, cuando olvido que recuerdo el sabor de tus labios, cuando pienso que tal vez hace mucho que tú olvidaste mis besos. ¿Tengo que repetirlo? Soy tonta, ya lo he dicho mil veces hoy... No hace falta que me digas que no lo has olvidado, no hace falta que me digas que no estoy sola, no hace falta que me digas que pronto estaremos juntas. Lo sé. Es sólo que ahora no lo puedo ver. A veces esas cosas pasan, ya lo sabes. Al igual que sabes que me pasa más cuando anochece. Igual que sabes que me pasa más cuando estoy sola.
¿Crees que es por el silencio? Tendría sentido, ¿no? Todo está tan callado que ahora es cuando mi corazón más se escucha, ahora no puedo acallarlo, ahora es cuando me grita fuerte y no hay nada que lo detenga. Por eso no me gusta estar tan sola, porque es cuando más duro golpea, cuando más difícil es sonreír, cuando no hay que hacer teatro ante nadie y me dejo arrastrar por estos sentimientos que llegan cuando más despistada estoy. Estas veces es cuando pienso que, da igual lo que haga, que todo me aleja de ti, que no lo lograré, que da igual cuantas barreras destruya; cada vez que derribo una, otra se alza más fuerte y poderosa que la anterior. ¿Cuantas barreras nos quedan por destruir? ¿Qué ocurre si no podemos con todas? ¿Y si, al tirar una, nos aplasta debajo? Hay tantas preguntas, hay tantos miedos. No quiero contarlas, a veces prefiero cerrar los ojos y dejar que se alejen un poco, taparlas con niebla y no verlas durante un rato, si no las veo, parece que no existen. ¿Es mejor así? ¿Es bueno engañarse para ser un poco menos triste? ¿O se es más triste aún? Dicen que la ignorancia es la felicidad. Cuan real es esa frase, cuanto más sabes, más infeliz se es, pero, ¿realmente es mejor vivir ignorando la verdad?
No habló de si es feliz o no, sino de si es mejor.
No sé... creo que ya estoy divagando. ¿Será por el sueño? ¿O quizás es la ausencia del mismo? ¿O la tuya? La verdad es que tu ausencia es la que más sueño me arrebata. ¿Sabes? Nunca he dormido tan bien como cuando dormía abrazada a ti. Sintiendo la calidez de tu piel, escuchando el latido de tu corazón que parecía ir acompasado con el mío. Sabiendo que, al despertar, estabas a mi lado, abrazándome y que no ibas a soltarme, nunca.

Creo que ya sé porque no puedo dormir...

¿Sabes? Aún recuerdo cuando lo dijiste, aún sabiendo que no debías decirlo, aún sabiendo que era imposible, aún sabiendo que no serviría de nada. Pero hay algo que no sabes. No sabes que no es que yo no quisiera oírlo. Oírlo me hizo feliz, lo que no me hizo feliz es saber que no podía cumplir lo que más deseaba en esta vida. Y me meto en mi cama, fría y sola, y recuerdo tu voz, diciéndolo, una y otra vez dentro de mi cabeza. Es triste y duele, pero me hace feliz a la vez. No sé si soy contradictoria o bipolar, ¿tú que crees?
¡Ah, sí! ¿Que aún no sabes de que hablo? Es que a veces olvido decir las cosas más importantes. ¿O será que me prometí ser fuerte y no quiero ponerme aún más triste? No sé, a veces no sé ni que digo... Aunque creo que tú sí sabes de que hablo.

Ojalá hubiera podido quedarme en esa cama contigo para siempre...